CALLAR LAMENTOS Tenía que vivirlo tan deprisa que acabé con la mano en la pared, y la boca a sólo dos palmos del suelo. Echando a arcadas la razón, vestigios del dolor, en la soledad profunda de un infierno compartido. Pero ahora estoy solo yo, o lo que algún día fui, peleando en lucha a muerte con los mismos pensamientos. Bailando con la suerte al compás de la autodestrucción, intentando callar lamentos. Las voces de mi interior me hablan de frustración y me cuentan mil historias que no entiendo. Tuve que intoxicar palabras y así escupirlas fuera de mí. Dentro me iban desgarrando aunque siempre lo negué. Otra muesca en el pecho a llenar con alquitrán, y otra lucha cuerpo a cuerpo para mañana al despertar. Qué triste historia, qué baile más tenaz, la orquesta toca ya sólo para mí.